Oigo el débil sonido de la lluvia a lo lejos
Soñoliento y caliente con fiebre ligera
En una tarde dulce y perezosa
El hydrangea flota repentinamente detrás de mis ojos.
Como un viento mojado pasa cerca y acaricia mi mejilla
La palabra se fue detrás en ese sitio azul claro.
Repentinamente empujas a mi pecho y te mueves al rededor.
Nuestra [promesa] demasiado débil
Nuestra [eternidad] tan reservada
Me ahogo en mis memorias frágiles lo cual me parece justo
empapandose ligeramente de lluvia el cristal de ventana
En la palidez, en el silencio congelado.
Y se corta mi pequeño dedo que nos limita firmemente
Era mi inundada debilidad la que te machacó.
Tu vestigio una fragancia traslapada de azul añil
Los hydrangeas comienzan a velar y a correr bajo la lluvia
Justo como era en ese muy mismo día
parece que las hydrangeas arden
Temblor en la lluvia
desplumada del vástago
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